Debido a la pandemia causada por el nuevo coronavirus los centros médicos han debido adaptarse para hacer frente a la emergencia, siendo las UCI donde se concentra la mayor prioridad.
La crisis sanitaria generada por la COVID-19 ha presentado la necesidad de aumentar prácticamente de manera inmediata la capacidad de atención en las unidades de cuidados intensivos con el objetivo de recibir la avalancha de pacientes causada por el contagio del virus. Debido a que se trata de circunstancias sin precedente en la historia reciente, la adecuación de las UCI para la pandemia ha presentado una gran variedad de retos.
El reto se presenta en distintos niveles, desde el personal, la dotación de la UCI, la logística de atención, el acondicionamiento de los espacios físicos para la atención, etc. En esta nota le contamos algunos de los retos y las medidas recomendadas para enfrentarlos.
Los retos de la pandemia
El desafío en temas de personal está en la necesidad de incrementar la capacidad de talento humano necesario en todos los niveles con el objetivo de incrementar la capacidad de atención de los centros médicos sin perder la calidad en asistencia individual y atendiendo a las necesidades de descanso personal de todo el equipo presente en las instalaciones.
Además, está el reto de contar con los elementos de protección necesarios para la protección de todo el personal y de los pacientes con el objetivo de frenar el contagio.
Los retos en cuanto al espacio físico son más que evidentes: es necesario adecuar más ambientes para la atención de pacientes críticos o con casos severos de afectación respiratoria, desde habitaciones con condiciones similares a las de las UCI hasta la disponibilidad de más camas para el cuidado de pacientes.
Algunas medidas para hacerte frente al desafío del espacio físico están encaminadas a la utilización de instalaciones no hospitalarias para la atención médica, como es el caso de la ciudad de Bogotá.
Otros protocolos que los especialistas de salud deberán considerar para darle oportuna atención a la emergencia sanitaria es la cancelación o aplazamiento de cirugías electivas o no urgentes, la gestión y el desarrollo de acuerdos de cooperación con otros servicios de la institución y la reserva de la admisión a UCI para los pacientes que requieran intervención en la unidad. En los casos de pacientes que requieran de monitoreo y soporte vital, lo ideal será utilizar otras instalaciones.
Adicionalmente, es importante que los centros de atención médica establezcan sistemas eficaces y rigurosos de clasificación de pacientes además del protocolo tradicional utilizado en las salas de urgencias. Identificar los diferentes estados en los cuales se puede desarrollar el virus en cada paciente con el objetivo de ofrecer una atención oportuna y no desgastar recursos y personal.
Finalmente, el desafío en términos de equipamiento es cuantificar y aumentar la dotación de dispositivos para la atención de la emergencia, desde respiradoras hasta equipos de ultrasonido para la detección y seguimiento de la neumonía en pacientes que sean casos positivos. De igual forma es recomendable tener dispositivos de oxigenoterapia, monitores multiparamétricos con capacidad para monitorización invasiva, aparatos de ventilación mecánica no invasiva, entre otros.
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Artículo tomado de Promedco.
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